Nos encontramos en medio de una emergencia social y climática que tiene sus raíces en nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Los precios de la energía son cada vez más volátiles. Esto hace que el tiempo muy frío o muy caluroso sean amenazas reales para todos nosotros. El año 2022 fue el segundo más caluroso de la historia en Europa, y el quinto más caluroso del mundo. La primavera y el verano traen consigo la amenaza de nuevos fenómenos meteorológicos extremos, como sequías, olas de calor e incendios. Al mismo tiempo, los gobiernos están gastando miles de millones en proyectos de combustibles fósiles para compensar la escasez de energía. A menos que tomemos medidas ahora, el próximo invierno la gente tendrá que elegir de nuevo entre pagar sus facturas energéticas o poner comida en la mesa.

Necesitamos aprender de nuestros errores pasados. Necesitamos que las instituciones de la UE y los gobiernos nacionales den un paso al frente y ayuden a reducir los costes de las viviendas hoy y a hacer nuestros hogares más seguros para el futuro.

Mediante una combinación de préstamos asequibles y subvenciones podemos hacer que todos nuestros hogares sean energéticamente eficientes y sostenibles. Acabando con nuestra dependencia de los combustibles fósiles, podemos contribuir a que la gente no tenga que soportar nunca más la carga de unas facturas energéticas desorbitadas.